Toyota 2000 GT Roadster (1967)

Serie James Bond 007

HOT WHEELS PREMIUM

Corría el año 1964 cuando los vientos de cambio europeos alcanzaban los gustos automovilísticos de los súbditos del antiguo Imperio del Sol Naciente. En un país cuyo parque automovilístico estaba formado en gran mayoría por pequeños y poco atractivos utilitarios, sería el éxito de popularidad logrado por los Grandes Premios del Japón de 1963 y 1964 lo que propiciaría el deseo de los nipones por poseer nuevos automóviles de carácter deportivo y alto desempeño.

En ese escenario de cambio, Toyota comenzaría a fraguar un proyecto de gama alta en formato GT (Gran Turismo) con el que mostrar al mundo toda la tecnología y conocimientos acumulados desde los años 3o y que debía dar como resultado un coupé prestacional que fuera igualmente apto para un uso diario.

Se designaría para ello al joven diseñador Satoru Nozaki, que en colaboración con Yamaha y aprovechando un viejo proyecto para Datsun del germano-estadounidense Albrecht Goertz, crearía al poco tiempo dos prototipos aligerados que serían el germen del futuro 2000GT.

Con el objetivo de dar visibilidad al nuevo proyecto, Toyota inscribiría sus prototipos en varias carreras y pruebas de velocidad, obteniendo unos excelentes resultados y llegando incluso a establecer 13 marcas internacionales de velocidad y resistencia. El futuro coupé estaba listo para ser presentado.

Mostrado al mundo en el Salón de Tokio de 1965 bajo la denominación de 280A1, sería en mayo de 1967 cuando en la factoría de Yamaha en Iwata comenzase la producción en pequeños lotes de las 351 únicas unidades ensambladas del nuevo vehículo. De propulsión trasera, montaría un motor delantero longitudinal de 6 cilindros en línea con doble árbol de levas y 2 válvulas por cilindro, 1998cm cúbicos, bloque de fundición de hierro y lubricación por cárter húmedo. Yamaha se encargaría de su culata de aluminio y de dotarlo de tres carburadores que le harían alcanzar una potencia de 150cv a 6600rpm y una velocidad máxima de 217km/h. El chasis de aluminio estaba basado en el del Lotus Elan de 1960 y la caja de cambios podía ser manual de cinco velocidades o automática de tres. Todo el conjunto rozaba los 1120kg de peso.

El 2000 GT

Estéticamente llamaba la atención por sus cortos voladizos y su larguísimo morro que junto a la escasa altura al suelo, le hacían mostrar unas proporciones casi perfectas. Destacarían en su frontal los cuatro faros (dos de ellos retráctiles para cumplir con las exigencias de las leyes estadounidenses) y una afilada parrilla entre ellos. Los espejos retrovisores sobre las aletas delanteras y la suave caída del techo al más puro estilo del Ferrari 250GTO rematarían unas líneas realmente preciosas.

En el interior destacaban el salpicadero en madera, del mismo tipo que la empleada por Yamaha para la fabricación de sus pianos, y una instrumentación clásica presidida por dos grandes relojes cromados. La posición de conducción realmente baja y una habitabilidad bastante reducida (el maletero quedaba reducido a la mínima expresión) le otorgaban un espíritu todavía más deportivo.

Toyota había cumplido su objetivo. Había desarrollado y creado con éxito el primer gran deportivo japonés y asombraba al mundo con el poderío de su nuevo GT. Fue tal la repercusión alcanzada, que el afamado Carrol Shelby prepararía tres unidades del 2000GT para competir en diversas pruebas estadounidenses, demostrando en ellas una enorme potencia y fiabilidad que únicamente Porsche lograría superar.Pero ya en 1970, y tras entrar por méritos propios en el olimpo del automovilismo japonés, el 2000GT cesaría su producción para ser reemplazado por un nuevo modelo que estaría a la venta durante más de 35 años: el Toyota Célica.

PERO eso, ya sería otra historia...

ANALIZANDO EL MODELO

Cuando hace escasas semanas caía en mis manos la preciosa unidad del Toyota 2000GT Roadster que protagoniza nuestro artículo de hoy, tuve la agradable sensación de estar ante una de esas miniaturas que te mantienen enamorado de este hobby. Perteneciente a la colección James Bond 007 de la gama Premium de Hot Wheels, recrea con todo lujo de detalle una de las dos unidades descapotables que se construyeron exprofeso para la película "Solo se vive dos veces" de la saga de Ian Fleming.

El film, cuya trama se desarrollaba en Japón y en la que el agente 007 luchaba una vez más contra la malvada Espectra para evitar un conflicto nuclear a escala mundial, tuvo en nuestro Toyota a uno de los protagonistas más destacados, protagonizando trepidantes persecuciones y llegando a rivalizar en atractivo con Mie Hama, la chica Bond de turno. Como ya hemos dicho y con el fin de que Sean Connery y sus 1´88m de altura pudieran ponerse al volante del mismo, Toyota construyó dos unidades descapotables del 2000GT exclusivas para la película, no desarrollando el modelo para su venta al público. Una verdadera lástima, ya que el aspecto del Roadster es realmente precioso.

Pero dejando al margen el modelo real y centrándonos en el análisis de la réplica de Mattel, me gustaría comenzar agradeciendo a la marca la exactitud con la que esta vez ha recreado el vehículo original. El coche entra por los ojos nada más verlo, yéndose la vista casi al instante a las ESPECTACULARES llantas cromadas. El nivel de detalle en el resto de la carrocería es elevado, pudiendo apreciarse incluso las compuertas laterales para la batería y el filtro de aire o cada una de las nervaduras del capó delantero, pero aún así tiene alguna carencia como los paragolpes cromados traseros, que no hacen acto de presencia.

La pintura blanca no adolece de los errores de otros modelos y no hay rastro de polvo bajo la laca aunque si alguna pequeña marca de pintura por mal secado. Neumáticos de goma, como corresponde a la gama Premium, chasis metálico bastante detallado en el mismo color que la carrocería, un interior correcto y una tampografía excepcional, completan el apartado de virtudes del japonés, que se nos ofrece en una interesante tarjeta de formato largo con alusiones a la película del agente británico.

Resumiendo, Hot Wheels nos deja una muy buena reproducción del Toyota 2000GT Roadster que, como rutilante estrella de Hollywood que es, nos deslumbra sobre la alfombra roja y oculta tras los focos sus pequeños defectos.

NOTA FINAL: 3 RUEDAS

No tiene espejos retrovisores, acabado del frontal mejorable.

Espectaculares llantas, presentación general, buena tampografía.

En cuanto al "debe" y como en todas partes cuecen habas, Hot Wheels vuelve a hacer de las suyas y de manera incomprensible nos deja una vez más sin espejos retrovisores.

También nos decepciona con un marco del parabrisas perfilado en un tosco color gris y con un frontal de plástico de ese mismo tono dónde debería haber un símil cromo. Ambos aspectos disminuyen la sensación inicial de calidad del Toyota y aunque no hacen que el conjunto decaiga en cuanto a belleza, son detalles mejorables por la marca.